Cómo aplicar una paleta de color en cualquier ambiente - PARTE II
El mes pasado empezamos a ver cómo aplicar una paleta de color para que se sienta balanceada e integrada al espacio. Si no lo leíste, te recomiendo que empieces por ahí porque así esta segunda parte va a tener más sentido porque sentamos las bases de lo que vamos a charlar hoy.
En esa edición nos concentramos puramente en el color, ¿pero qué pasa con las texturas?
EXPERIMENTEMOS UN POCO
Las texturas influyen muchísimo en cómo percibimos los colores y me gustaría ejemplificártelo también usando el mismo ambiente que en la edición anterior.
Tal como los colores, también podemos dividirlas en frías y cálidas.
Las frías van a ser las que tengan brillo y superficies pulidas: vidrio, marmol y piedras en general, metales, textiles con brillo como el cuero, laqueados, etc. Pensá en una oficina ejecutiva modernosa.
Las cálidas van a ser las que tengan un acabado más rústico: pinturas mate, textiles como el algodón o el lino, fibras naturales, superficies rugosas. Pensá en el estilo boho.
Entonces, acá nos quedamos en la edición anterior :
Lo que quiero probar ahora es qué pasa si tomamos este mismo color cálido, el naranja, pero usamos solamente texturas frías.
No se siente tan cálido ahora, ¿no? Acá hay muchísimas texturas frías porque cambié hasta el piso, y en este caso por cantidad le ganan a lo cálido de los objetos naranjas.
¿Y qué pasa si probamos lo opuesto? Elementos sólo de un color frío, como el azul, con texturas puramente cálidas.
Ya no se siente tan frío tampoco, las texturas cálidas lo balancearon bastante. Tené en cuenta igual que un render siempre se va a sentir un pelín frío compararado con la realidad.
Yendo a algo menos extremo, si volvemos a nuestra imagen original y, por ejemplo, no queremos el cuadro en tonos fríos, podríamos balancearlo con la textura de algunos elementos. Voy a probarlo con la mesa ratona y la auxiliar, que son objetos medianos si pensamos en el tamaño.
Es otra forma de balancear los cálidos y también funciona. Es cuestión de ir buscando el punto que nos gusta y que sentimos que tiene que ver con nuestro estilo.
Si sentís que el ambiente se siente muy pesado o anticuado, algunas texturas frías te pueden ayudar a modernizarlo.
Funciona también al revés: si se te fue la mano con lo moderno, podés darle un toque más hogareño con texturas cálidas.
Como verás, es un tema bastante complejo como para resumirlo en un posteo de Instagram con tres tips, por eso quería ir más en profundidad y ejemplificarlo con estas imágenes que quizás sean un poco exageradas, pero me parece que grafican mejor el tema.
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